Este miércoles 9 de septiembre a las 10:30 la Comisión Pro-Instituto de La Cistérniga
ha realizado una nueva protesta reivindicativa, esta vez a las puertas de la
propia Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, para reclamar
una vez más la construcción de un instituto en esta localidad
En esta ocasión, la protesta ha tratado de llamar la atención
del nuevo equipo de gobierno para que incluyan entre sus prioridades la
construcción de un instituto en La Cistérniga, de cara a la elaboración de los
presupuestos para el año que viene. Al acto asistieron más de un centenar de
personas y contó con la presencia del alcalde socialista Mariano Suárez como
máximo representante de los ciudadanos de La Cistérniga. También se contó con
la participación de la mayoría de las fuerzas políticas del Ayuntamiento de
esta localidad y con miembros del grupo Podemos de Valladolid.
El momento culminante sucedió cuando el propio consejero
Fernando Rey salió a dialogar con los manifestantes, mostrándose en todo
momento conciliador y cercano. Fernando Rey se comprometió a dar una respuesta
en el plazo de unas semanas, cuando hayan terminado de estudiar el caso y
conozcan el presupuesto disponible para el ejercicio del 2016. Así mismo,
expresó su intención de reunirse, tanto con el alcalde de La Cistérniga, como
con una representación de la Comisión Pro-Instituto. Respecto a la falta de
alumnado en los institutos de Valladolid, razón esgrimida por anteriores
gobiernos como principal escoyo para no construir el instituto, el Consejero
indicó que “eso no suponía un problema y que se podría arreglar”, dando a
entender que, en el momento que tenga el presupuesto necesario, el instituto en
La Cistérniga será una realidad.
Recientemente, el nuevo Consejero de Educación Fernando Rey
había realizado unas declaraciones en las que afirmaba que se fijarán unos
criterios objetivos para priorizar qué localidades deben ser las primeras en
poder contar con un instituto propio, apuntillando que “lo histórico de la
reivindicación (La Cistérniga comenzó a reclamarlo en 2007) o el nivel de
decibelios de las protestas no son criterios objetivos”. Preguntado un miembro
de la Comisión Pro-Instituto de La Cistérniga por su postura ante estas
declaraciones, contestó que “efectivamente estamos totalmente de acuerdo con
estas declaraciones del consejero. En lo que debería fijarse para poder
priorizar es en que en La Cistérniga el número de alumnos afectados es de los
más elevados, en que el propio presidente de la Junta prometió por escrito la
construcción del instituto hace años y ha decepcionado a todo un pueblo, en que
existen ya unos terrenos cedidos y urbanizados desde hace años con un alto
coste para cumplir con lo que La Junta nos exigió y que actualmente están en
situación de abandono, en que el número de estudiantes que se tienen que
desplazar va en aumento cada año, en que el daño en el desarrollo de una de las
localidades con más población de Valladolid está siendo muy grave. Todos éstos
sí nos parecen criterios totalmente objetivos y debería darse cuenta el señor
Consejero que el nivel de decibelios no es tanto una medida de presión, sino la
consecuencia del malestar ciudadano generado por gobiernos anteriores y que, si
lo histórico de la reivindicación no es un criterio objetivo, sí debería serlo
el histórico de miles de estudiantes que han tenido que viajar para poder
estudiar durante todos estos años.”
Una de las asistentes a la concentración y madre de una
alumna de secundaria, aseguraba que “un año más, los vecinos de La Cistérniga
veremos cómo comienza un nuevo curso escolar y los más jóvenes tendrán que
seguir viajando para realizar sus estudios. Una vez más vamos a ver repetidas
las escenas de chavales que subirán por primera vez a los autobuses con la
mente puesta no en lo que van a aprender, sino en qué les espera en unos
institutos de Valladolid a los que ni siquiera los propios alumnos de
Valladolid acuden porque prefieren los concertados. Piensan en si van a ser
capaces de adaptarse a un entorno extraño, preguntándose con algo de rabia por
qué les ha tocado a ellos tener que alejarse para poder estudiar. Es evidente
que estos adolescentes comienzan con muchos temores una etapa clave y muy
delicada de sus vidas, con la mente puesta en otra cosa que no es estudiar, lo
que supone el primer paso para un fracaso escolar”.
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